Casta nervionense

El Sevilla tenía la responsabilidad ante su afición, de mejorar lo conseguido la temporada pasada. Y la comenzaron con buen pie al ganarle la supercopa al campeón de liga y de UCL la temporada pasada, el F.C. Barcelona. Nada más comenzar la temporada liguera y el equipo nervionense ya luchaba por estar entre los primeros. Y durante un momento fue así, llegaron a ser líderes de la liga y no desperdiciaban ninguna de las competiciones en las cuales participaban.

El Sevilla comenzó su andadura por la copa del Rey contra una Gimnástica Segoviana. Que como era de esperar no puso una mayor resistencia. Un 4 a 0 en el global marcó las distancias entre un equipo de primera y uno de segunda B. En los octavos de final, los de Juande se enfrentaron a otro conjunto de segunda B. Se enfrentaron a un Rayo Vallecano que por momentos se los puso difícil en el Tereza Rivero (quizás el partido más complicado que tuvieron los blanquirojos en toda la competición) en el que el meta hispalense (Cobeño) les salvó las papas. En la vuelta la historia cambió y los andaluces marcaron diferencias con la entrada de Kanouté en la segunda parte. El Sevilla avanzó con un 3-1 en el global.

En los cuartos de final, nos encontramos con un choque esperado por todos los andaluces. Era la oportunidad de oro de los béticos de sacudirse el mal momento que iban arrastrando en la liga y frenar el momento dulce de su archienemigo. Venían con unas credenciales interesantes. Habían dejado en el camino al Recreativo de Huelva y Real Madrid respectivamente. Ahora les tocaba el que quizás era el partido de la pretemporada. Pero no pudieron frenar el ímpetu de sus enemigos y otra vez kanouté se convertía en el héroe nervionense, en un partido muy accidentado.

La semifinal la jugaron contra el equipo de su ex entrenador. Los sevillistas no tuvieron el más mínimo problema en esta eliminatoria al ganar los 2 partidos con un contundente 5 - 0 en el global. Una semana después ganarían su segundo trofeo de la temporada, con un Palop como figura en la copa UEFA.

Les esperaba entonces el partido definitorio ante un Getafe que venía de remontar un partido increíble ante el Barcelona, además de eliminar al Valencia de Quique en Mestalla. No iba a ser un partido fácil. Los azulones quería conseguir su primer trofeo en sus vitrinas, y los andaluces su tercer trofeo del año y sacarse el mal sabor de boca que les dejó la recta final de la liga. Y en un partido intenso, emotivo, peleado y accidentado. Ganó el equipo que mejor planteó las cosas, el equipo que no perdonó, el equipo que se está acostumbrando a ganar títulos. Un gol de Kanouté (y van...) cuando apenas transcurrían 12 minutos de partido y poco después de que Güiza perdiese un mano a mano ante Palop. Ponía a botar nervión y a abrirse camino hacia su cuarto título en poco más de 365 días.

Como dato curioso tenemos que Frederic Kanouté marcó en las 4 finales disputadas por el Sevilla, demostrando su valía en los partidos transcendentes.

Así nos encontramos con el tercer equipo español que consigue un doblete en los últimos 4 años (Valencia 04 y Barcelona 06), su presidente cree que no serán los últimos y que esto es solo un principio de los éxitos que se avecinan para los blanquirojos. Lo que sí es cierto es que este Sevilla está escribiendo con letras de oro sus mejores años deportivos.