El sábado tuve la oportunidad de ver en directo el partido de semifinales de la copa América entre brasileños y uruguayos. La verdad que el ambiente fue fantástico, nunca había presenciado un partido de copa América y mucho menos, visto a 7 copas del mundo en el terreno de juego. Así que más allá de lo que sucediese en la cancha, el partido iba a tener un gran atractivo. Y no decepcionó, muy buen ambiente en las gradas, bonita antesala y lo mejor, un partido muy emocionante entre 2 equipos que no querían salir derrotados. Cerrando con broche de oro, con una dramática tanda de penales.
Pero de lo que les quería hablar, es de la falta de identidad que vi la afición de nuestro país, pareciera que se estuviese esperando la eliminación de la vinotinto para mostrar sin pena, otros colores que no nos pertenecen. No sé cuantas playeras verdeamarelas habían en el Pachencho Romero. Tanto en las inmediaciones como en las afueras. Ya no se veían los vehículos con las banderas venezolanas, ahora era una lluvia de banderas brasileñas y argentinas, las que invadían Maracaibo y probablemente buena parte del país.
La verdad es que era alienante ver a tantos hinchas venezolanos apoyando a la canarinha y a tan pocos hinchas brasileños (se podían contar con los dedos). Pero quizás lo más llamativo era ver que los venezolanos se gozaban más los goles de los amazónicos más que los propios nativos de Brasil. Y sufrían tanto o más que los brasileños, los goles marcados por los charrúas. Pero cuando sonaba el himno brasileño, solo los brasileños lo cantaban (faltaría más). El detonante fue ver la locura colectiva que se vivió en el Pachencho cuando Doni detuvo el penal decisivo. La última vez que se vio algo parecido fue en el año 1998 cuando Venezuela ganó un centroamericano en el propio Pachencho, pero cuando eso el estadio no tenía la capacidad que actualmente tiene.
Después de ver lo que ocurrió en Maracaibo. Creo que tenemos que reflexionar acerca de esto. Antes de gritar un Brasil, Brasil, Brasil en una cancha. Tenemos que pensar que nos guste como juegue o no, somos vinotintos por encima de todo. Personalmente quiero disfrutar de glorias nuestras, me da igual que sean muchas o pocas. Es muy fácil disfrutar de glorias ajenas, pero creo que no pueden tener el mismo sabor.
La verdad es que era alienante ver a tantos hinchas venezolanos apoyando a la canarinha y a tan pocos hinchas brasileños (se podían contar con los dedos). Pero quizás lo más llamativo era ver que los venezolanos se gozaban más los goles de los amazónicos más que los propios nativos de Brasil. Y sufrían tanto o más que los brasileños, los goles marcados por los charrúas. Pero cuando sonaba el himno brasileño, solo los brasileños lo cantaban (faltaría más). El detonante fue ver la locura colectiva que se vivió en el Pachencho cuando Doni detuvo el penal decisivo. La última vez que se vio algo parecido fue en el año 1998 cuando Venezuela ganó un centroamericano en el propio Pachencho, pero cuando eso el estadio no tenía la capacidad que actualmente tiene.
Después de ver lo que ocurrió en Maracaibo. Creo que tenemos que reflexionar acerca de esto. Antes de gritar un Brasil, Brasil, Brasil en una cancha. Tenemos que pensar que nos guste como juegue o no, somos vinotintos por encima de todo. Personalmente quiero disfrutar de glorias nuestras, me da igual que sean muchas o pocas. Es muy fácil disfrutar de glorias ajenas, pero creo que no pueden tener el mismo sabor.
2 comentarios:
Reyemp primero te felicito por el exito de esta copa con estadios llenos. Creo que el futbol venezolano ha madurado a nivel de equipos por lo visto en la copa libertadores pero no asi en competencia de seleccionado.
Gracias por las felicitaciones, aunque esas serían más para los organizadores del torneo :P
Pues la verdad es que el fútbol de mi país está un poco estancado en los últimos años a nivel de mayores, nos está costando conseguir recambios para algunas posiciones, pero para otras el entrenador tiene más por donde escoger que en años anteriores.
Ahora, esto debería de cambiar al darle a Páez el poder de las categorías inferiores, de esta manera se garantiza que las otras categorías jueguen igual a la absoluta y así no tengan ese shock cuando dan el paso a la primera selección.
Tambén estamos exportando más jugadores que en otrora y eso es bueno. Sin embargo, todavía nos falta mejorar mucho a nivel técnico en relación con muchas de las selecciones sudamericanas.
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